Los precios del aluminio están directamente relacionados con la oferta y la demanda. Las principales preguntas que hay que hacerse son: ¿cuánto aluminio se puede producir y quién está dispuesto a comprarlo? Los productores, los comerciantes, los especuladores y los usuarios industriales finales suelen intercambiar aluminio a un precio que refleja la oferta y la demanda. Pero, como verá a continuación, el precio del aluminio no es tan sencillo. Hay que tener en cuenta muchos factores que afectan al precio del aluminio.
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En la década de 1970, el aluminio se convirtió en una mercancía de intercambio. Esto significa que el aluminio se compra y se vende en un mercado organizado y regulado mediante contratos estandarizados. Este marco jurídico garantiza que los vendedores entregarán la mercancía y los compradores aceptarán su entrega. Hoy en día, estas bolsas se celebran en todo el mundo, incluidas la Bolsa de Materias Primas (COMEX), la Bolsa de Metales de Londres (LME) y la Bolsa de Materias Primas de Tokio (TOCOM).
La demanda de aluminio suele ser alta y se produce más que cualquier otro metal no férreo. Esto tiene sentido, dado que es un material tan eficaz para piezas de vehículos, latas de bebidas, electrodomésticos, aviones, estructuras y mucho más, todo ello combinado con las grandes tendencias hacia materiales más ligeros y resistentes. Pero el aluminio también se somete a un proceso de producción que consume mucha energía, y muchos factores, desde el procesamiento hasta el producto final, afectan a su precio.
Las condiciones económicas, políticas y sociales desempeñan un papel fundamental en la determinación de los precios del aluminio, ya que influyen directamente en la oferta y la demanda. En particular, esto abarca todo el proceso del aluminio, desde el abastecimiento hasta la producción y la distribución.
El aluminio se considera un metal básico de alto consumo energético, ya que su producción requiere una cantidad significativa de energía. Como el aluminio no existe en estado puro, hay que extraerlo del mineral de bauxita y transformarlo. Primero hay que refinarlo químicamente en alúmina (óxido de aluminio) y luego fundirlo en aluminio mediante el proceso de reducción electrolítica de Hall-Héroult. Esto repercute en el precio global del aluminio porque la electricidad es una variable sujeta a su propio número de factores de oferta y demanda.
El precio del aluminio depende en gran medida del precio y la disponibilidad de la electricidad. El U.S. Aluminum Trade Groups calcula que el coste de la electricidad representa el 30% del precio total del aluminio. En China, el consumo de electricidad representa cerca del 45% del precio del aluminio. El coste de la electricidad utilizada para producir aluminio representa casi el 2% de la producción energética mundial.
Pero, ¿por qué? Por término medio, se necesitan 3 toneladas de bauxita para producir 1 tonelada de aluminio. Esto requiere aproximadamente 15.000 kilovatios-hora (kWh) de electricidad. Comparemos esto con el hecho de que un hogar medio en EE.UU. consume 11.000 kWh al año. En abril de 2020, se produjeron aproximadamente 92.000 toneladas métricas de aluminio en el país. Eso suma 1,38 millones de kWh para un solo mes de producción de aluminio.
Cuando las minas de bauxita y las fábricas de aluminio experimentan aperturas, cierres o huelgas, la oferta de aluminio puede verse afectada. Tanto el aumento como la disminución de la oferta afectan al precio del aluminio. Normalmente, cuando hay un excedente de oferta, los precios son más bajos, y cuando la oferta es baja, los precios tienden a ser más altos.
Como ya se ha señalado, el aluminio se utiliza en una impresionante variedad de industrias y aplicaciones. Por ejemplo, en los sectores de la automoción, aeroespacial, construcción, refrigeración, envasado y maquinaria. Los avances tecnológicos en cualquiera de estos sectores podrían influir en los precios del aluminio. Por ejemplo, a medida que la energía verde se convierte en una prioridad en el transporte, es probable que aumente la demanda de aluminio, como alternativa fuerte pero ligera al acero.
Los avances tecnológicos en el proceso de producción podrían tener un impacto similar. La Asociación del Aluminio señala que, desde su introducción, el proceso de producción primaria se ha hecho más eficiente. Ha mejorado un 20% en los últimos 20 años. Un proceso más eficaz reduciría el porcentaje de costes de producción relacionados con la energía, que tanto influyen en el precio global del aluminio.
La industria de las materias primas no funciona de forma aislada. La globalización es un factor clave, ya que varios países influyen en la producción y el consumo de metales.
Los países son una fuente de demanda cuando acumulan reservas y una fuente de oferta cuando se deshacen de ellas. Los acontecimientos en cualquier país pueden afectar al precio. Esto es especialmente relevante cuando un país representa una gran parte de la producción o el consumo, lo que sugiere que el país, o los acontecimientos en ese país, podrían tener un impacto significativo en el precio de los productos básicos.
La demanda mundial de aluminio está concentrada. La Oficina Mundial de Estadísticas del Metal informó de que entre 2002 y 2006 había 22 productores de bauxita y 67 consumidores. Los tres mayores productores -Australia, China y Brasil- y los cuatro mayores consumidores -China, Estados Unidos, Japón y Alemania- representan el 50%.
El mineral de hierro, el cobre, el aluminio y el níquel son la savia de la producción industrial y la construcción mundiales. Los cambios en la oferta y la demanda actúan como una veleta, señalando los cambios en la economía mundial. Una serie de cambios podría perturbar la oferta y la demanda. Algunos ejemplos son: la deflación del dólar estadounidense, las recesiones económicas, el rápido crecimiento de la economía china y las restricciones comerciales.
El crecimiento económico se convierte en un factor cuando se considera que, a medida que las sociedades se desarrollan, la demanda de metales depende de su posición económica actual. Por ejemplo, la inversión en forma de infraestructuras viarias, ferroviarias, de servicios públicos y de construcción en un país menos desarrollado aumentaría la demanda en mayor porcentaje que la de un país más desarrollado con transporte, vivienda y servicios básicos adecuados.
Un ejemplo, que combina los efectos de la producción concentrada y un panorama económico cambiante, ocurrió a mediados de la década de 2000. Los costes de producción del aluminio aumentaban, el dólar estadounidense se debilitaba y el yuan chino se fortalecía. En consecuencia, el aluminio chino era relativamente barato.
Los acuerdos comerciales internacionales establecen las normas para la extracción de recursos. A continuación, los gobiernos establecen políticas comerciales que afectan a la oferta regulando el flujo de materiales. Esto puede traducirse en la aplicación o suspensión de impuestos, sanciones y cuotas que pueden restringir o fomentar el flujo. Como se ha descrito anteriormente, cualquier acontecimiento -como la modificación de los tipos de cambio entre países- podría modificar el precio. Además, los conflictos armados y otros acontecimientos geopolíticos podrían alterar la oferta y la demanda y modificar los precios.
Las alteraciones del cambio climático perturban el transporte del producto y también la energía necesaria para producir nuevo material. Los precios de intercambio del aluminio incluyen tanto los costes energéticos de producción como los de transporte del metal hasta su destino.
¿Qué ocurre cuando un huracán devastador provoca inundaciones y cortes de electricidad? ¿O cuando un clima especialmente frío hace que se consuma más energía, aumentando así los costes de producción? Los precios suelen subir en función de estos factores de oferta y demanda.
El Servicio Geológico de EE.UU. (USGS) recopila información sobre la producción, el consumo, las existencias, el comercio, los precios y los problemas del sector. Esto incluye la capacidad, el coste de producción, el uso de materiales y cualquier problema medioambiental. A continuación, el USGS utiliza esa información para cuantificar el consumo, las tendencias de los precios y los flujos de materiales.
Sus informes son accesibles y ofrecen una explicación basada en datos a preguntas como "¿Qué ocurrió con los precios del aluminio al principio de la pandemia?".
En el caso del COVID-19, los paros mundiales, la incertidumbre y los cambios en el comportamiento de los consumidores provocaron una caída precipitada de la demanda. Los precios y las existencias de aluminio en abril de 2020 eran casi un 35% inferiores a los de hace dos años, y más de un 10% inferiores a los del mes anterior. El informe de abril del USGS describe cómo la exposición al COVID-19 provocó el cierre de una importante planta estadounidense, lo que afectó al flujo del mercado. Ahora, un año después, las fábricas son incapaces de satisfacer la demanda impulsada por la recuperación de los sectores de la automoción, el envasado y la construcción. Como consecuencia, los precios del aluminio están subiendo.
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