Sucursal destacada: Tulsa

La sucursal de Kloeckner Metals en Tulsa funciona como una familia. Cuando alguien está enfermo, le traen comida. Cuando hay mal tiempo, la gente se manda mensajes de texto para asegurarse de que todo el mundo ha llegado bien a casa. Cuando ocurre un desastre natural, la gente se reúne para donar ropa, dinero y cualquier otra cosa que pueda ayudar.

"No importa el acontecimiento, aquí tratamos a todo el mundo como si formara parte de nuestra gran familia", afirma Misty Repp, control de inventario de la sucursal de Kloeckner en Tulsa.

Otro ejemplo de esta actitud familiar es la celebración cuando un empleado cumple años. Hace poco, en el cumpleaños de una empleada, la gente llegó pronto para decorar su oficina. Cuando llegó, había tarta y regalos en su mesa. Y eso que aún no es empleada a tiempo completo.

"Fue un acontecimiento muy importante en su vida, porque no tiene familia en la ciudad", dijo Repp. "Este lugar es su familia en la ciudad".

Esta actitud impregna todo en la sucursal. Todo el mundo colabora y se ayuda en todo lo que puede. No está bien que alguien diga: "Ese no es mi trabajo". La dirección es muy práctica y se involucra para ayudar cuando surge la necesidad. Los distintos departamentos se sientan juntos para pensar en cómo servir mejor al cliente. Lo que ocurre en un departamento repercute en todos los demás, y eso es algo que los empleados de Tulsa tienen muy en cuenta.

"Aquí tenemos una visión muy global, y eso se inculca desde la entrevista en adelante", dijo Repp. "No trabajas en producción, no trabajas en inventario, no trabajas en transporte, trabajas en Kloeckner y trabajas para la sucursal de Tulsa".

La comunicación es crucial para mantener este tipo de entorno. Aunque a veces haya conflictos, la forma de comunicarlos y resolverlos marcará la diferencia. Que todo el mundo esté de acuerdo no se limita a la sucursal, sino que se extiende a los clientes y los proveedores. En su propio puesto, Repp se asegurará de que todo el mundo sepa lo que ocurre con el inventario. Cuando una bobina está dañada, por ejemplo, se asegura de que todas las personas que vayan a tocar ese material, desde el proveedor hasta los vendedores, sepan lo que ocurre con él. Mantener abiertas las líneas de comunicación requiere esfuerzo, pero merece la pena.

"Hay que mantenerla, como cualquier otra relación en la vida", afirma Repp.

La capacidad de Kloeckner Tulsa está en continua expansión. El año pasado instalaron una nueva cortadora en la planta. Actualmente, están instalando un nuevo sistema RFID. Una vez instalado, el sistema podrá realizar un seguimiento de los materiales desde que entran por primera vez en el edificio hasta que salen. Los lectores podrán detectar exactamente dónde se encuentra una pieza de material en cualquier parte del edificio.

"Creo que va a aumentar mucho la precisión", afirma Repp. "Muchas cosas, aunque las tengamos en formato digital, están sujetas al error humano porque todos introducimos esa información".

Kloeckner Tulsa también se esfuerza por participar en la comunidad. La sucursal ha adoptado una escuela, Springdale Elementary, con la que organiza actos especiales y campañas benéficas. En otro acto benéfico celebrado recientemente en la sucursal participaron tropas locales de Boy Scouts. Kloeckner Tulsa y otras empresas locales recogieron banderas americanas que necesitaban ser retiradas y las donaron a los Boy Scouts para que aprendieran a deshacerse de ellas correctamente.

"Buscamos oportunidades y no necesariamente las más convencionales", afirma Repp. "Creo que es un buen lugar para empezar a trabajar en la empresa. Eres lo bastante pequeño como para conocer a la gente por su nombre de pila, pero lo bastante grande como para llegar hasta Alemania."