Las evaluaciones del rendimiento ayudan a los empleados

Kloeckner Metals ha iniciado un nuevo proceso de evaluaciones de rendimiento que se ampliará en 2020 y años sucesivos. En el programa piloto de 2019 participó un pequeño grupo, menos de 300 empleados, incluidos empleados de la oficina corporativa y líderes sénior sobre el terreno. A medida que el programa se expanda, los beneficios de las nuevas revisiones de desempeño se sentirán en toda la empresa.

"Sabemos que, en la actualidad, alrededor del 35% de nuestros empleados desearía recibir más información periódica de su jefe", afirma Amanda Middendorf, Directora de Formación y Desarrollo. "Las revisiones del rendimiento son un proceso probado y verdadero para ayudar a asegurar que cada empleado está recibiendo alguna retroalimentación regular sobre su rendimiento tanto positivo como constructivo y también retroalimentación de desarrollo."

La estructura del sistema de evaluación del rendimiento consiste en fijar objetivos en enero, evaluar y ajustar los objetivos a mitad de año y realizar una evaluación final a finales de año. Cada empleado redacta sus propios objetivos, tomando como punto de partida los objetivos generales de la empresa. Los directivos tienen entonces la oportunidad de añadir o ajustar la lista de objetivos. A continuación, empleados y directivos se sientan juntos a discutir las aportaciones finales y se ponen de acuerdo sobre ellas.

"Nos ayuda a comunicar la estrategia de la organización a todos los empleados de forma clara y nos ayuda a traducir esas estrategias o grandes ideas en acciones individuales que los miembros concretos del equipo pueden ejecutar", explica Amanda. "Puede que todos sepamos que tenemos una estrategia de 2022 para hacer crecer la digitalización, pero puede que no todos los empleados vean exactamente el papel que desempeñan en ella. Al hacer el proceso de revisión del rendimiento, nos da la oportunidad de definir específicamente cómo estamos influyendo individualmente en la estrategia de la empresa. También ayuda a los empleados a saber de antemano qué se espera de ellos."

Hacer las revisiones cada seis meses en lugar de una vez al año ayuda a evitar que los objetivos se queden obsoletos. En una empresa que cambia tan deprisa como la de Kloeckner, algunos objetivos fijados en enero pueden no ser relevantes en diciembre. Al mismo tiempo, las revisiones del rendimiento requieren tiempo y esfuerzo, y los empleados están muy ocupados. La revisión a mitad de año establece el equilibrio adecuado para que los empleados mantengan la relevancia de sus objetivos sin tener que replanteárselos constantemente.

"El sistema en sí es bastante flexible para adaptarse a cualquier tipo de trabajo", explica Amanda. "Por eso tenemos el-de un año, en el que puedes añadir objetivos completamente nuevos. Puedes anular objetivos que se esfumaron por cualquier motivo ajeno a tu voluntad, y puedes simplemente copiar objetivos de principios de año para final de año si se trata simplemente del statu quo".

Las revisiones del rendimiento también dan a los empleados la oportunidad de ser proactivos sobre su papel y sus carreras de cara al futuro. Aunque la mayoría de los empleados tienen un contacto frecuente con sus jefes, diario o más, la mayoría de las conversaciones típicas son reactivas. Es decir, una conversación típica con un jefe suele ser muy táctica y centrada en resolver problemas concretos.

"Todos hemos pasado por eso", dice Amanda. "Llamamos a la puerta de nuestro jefe y le decimos: 'oye jefe, ¿tienes unos minutos? Tengo un problema'. Hablamos con el jefe de cualquier problema que tengamos. Nos ayudan a encontrar una manera de resolverlo, y volvemos a nuestro trabajo diario".

Por otra parte, las evaluaciones del rendimiento dan a los empleados la oportunidad de sentarse con sus jefes y adoptar un enfoque global.

"En lugar de esperar a que llegue un encargo o surja un problema, podemos sentarnos a principios de año con nuestros jefes y planificar juntos el trabajo que queremos hacer en los próximos seis meses o un año", explica Amanda. "Es una oportunidad para hablar de métricas, proyectos o resultados más importantes o a más largo plazo, mientras que en el transcurso de un par de semanas muy ajetreadas pueden pasarse por alto por todas las tareas muy urgentes, pero pequeñas, que tenemos entre manos".