Prepintado y PVD: Los nuevos avances amplían las posibilidades

Por Aaron Small, febrero de 2018

Entre el prepintado y el PVD, existen infinitas combinaciones para productos que presentan variaciones topográficas, cromáticas o funcionales únicas.

PVD como nunca antes
El proceso PVD es habitual en los mercados médico, industrial, comercial y joyero. Antes limitado debido a los tamaños de los primeros armarios o recipientes, el PVD ha pasado de las piezas y partes pequeñas a componentes y chapas mucho más grandes. El proceso de PVD se ha descrito durante mucho tiempo como de tipo discontinuo y los avances tanto en el tipo de tecnologías de los equipos de PVD como en el creciente número y tamaño de las máquinas han abierto numerosas puertas.

El PVD se produce cuando un disco metálico inerte seleccionado se vaporiza y se combina con un gas inerte seleccionado en un entorno calentado controlado. El proceso de PVD aplica un revestimiento consistente sobre el metal base subyacente. Dado que el proceso PVD consiste en vaporizar un metal y aplicarlo a una superficie base elástica, es decir, acero inoxidable, permite a los diseñadores elevar el valor del acero inoxidable tanto con una superficie táctil funcional como con una superficie metálica especializada con aspecto de oro rosa, platino o esmeralda.

Curiosamente, mientras que el prepintado afectará a un aspecto topográfico diferente cambiando la formulación del revestimiento o manipulando mecánicamente el producto total después de pintarlo, el aspecto PVD se altera cambiando la superficie metálica antes de que entre en el proceso PVD.

Esto permite cepillar, pulir o afectar mecánicamente la superficie metálica con otro patrón antes de aplicar la capa de color y ofrece a los diseñadores la oportunidad de revestir una amplia gama de espesores de metal. Con un nuevo nivel de realismo, arquitectos, diseñadores y prescriptores pueden crear proyectos enteros con metalizados de gama alta, y hacerlo empleando un proceso positivo para el medio ambiente.

Pre-Paint se expande
Pre-paint empezó con el revestimiento acrílico y de poliéster de bobinas estrechas de aluminio y se vendió inicialmente a la industria de toldos de aluminio. Ahora es uno de los principales actores en un montón de sectores: productos de construcción, diseño arquitectónico interior y exterior, calefacción, ventilación y aire acondicionado, electrodomésticos, automoción, mobiliario de oficina y otros mercados funcionales y estéticos. El revestimiento continuo de bobinas es un proceso de alta velocidad que puede aplicar pintura o laminado sobre varios tipos de metal o aluminio en cantidades asombrosas y en poco tiempo.

Hoy en día, aparecen muchas texturas y topografías de superficie nuevas en prácticamente todos los mercados. Las superficies prepintadas o laminadas pueden formularse para alcanzar una amplia gama de colores pigmentados, diseños, texturas y patrones en relieve. También se han producido avances en superficies de menor mantenimiento que pueden incluir una o más de las siguientes propiedades: antihuellas, antimicrobiana y antigrafiti. Además, la industria puede revestir ahora anchuras de hasta 72" junto con una amplia gama de espesores de chapa laminada plana en forma de bobina. Una vez conocidas las exigencias colectivas de un proyecto, un profesional experimentado en revestimiento de bobinas puede orientar el proyecto en la dirección correcta, y las opciones parecen ahora ilimitadas.

PVD y Prepintado: Una buena combinación
En la mayoría de los casos, el prepintado y el PVD tienen una estética distinta, pero ahora se encuentran comúnmente en las mismas estructuras en todo el mundo, como un complejo comercial de alta gama o un estadio de atletismo profesional o universitario. El uso de ambos es cada vez más visible en proyectos en los que el cliente tiene o está desarrollando una fuerte presencia del logotipo. Los arquitectos y diseñadores están descubriendo que la posibilidad de utilizar ambos productos como complementarios es como tener una flecha más en su carcaj.

Esta tendencia está empezando a observarse en los salones y exposiciones de diseño de electrodomésticos de todo el mundo y está suscitando el interés de todo tipo de fabricantes y diseñadores. El PVD y el prepintado ya se han exhibido en electrodomésticos de gama alta gracias a pruebas, prototipos y productos cada vez más disponibles en calidades apropiadas para el sector de la fabricación de electrodomésticos. Tanto los productos de PVD como los prepintados han sido reconocidos en diseños arquitectónicos galardonados, cada uno gracias a sus propios atributos que han marcado la pauta de un gran diseño.

Desafíos
Entre el prepintado y el PVD, existen infinitas combinaciones para productos que presentan variaciones topográficas, cromáticas o funcionales únicas. Los diseñadores y arquitectos tienen ante sí todo un nuevo mundo de posibilidades. Sin embargo, los retos persisten. Dado que el PVD sigue siendo un proceso por lotes, puede ser más fácil conseguir pequeñas cantidades para necesidades específicas según el tamaño. El prepintado, que suele ser una aplicación de alta velocidad que requiere una cantidad mínima de pies lineales en forma de bobina, resulta más adecuado para cantidades mayores.

Para arquitectos, diseñadores y prescriptores que buscan dos o tres paneles o piezas para vestir su diseño, el PVD es una opción natural. Mientras tanto, el prepintado es más adecuado para trabajos más grandes, especialmente cuando la necesidad general no es un producto total establecido. Sin embargo, no hay que descartar uno u otro hasta que se hayan identificado todas las necesidades y se haya escuchado a los expertos que están familiarizados con ambos. De lo contrario, los proyectos corren el riesgo de perder grandes oportunidades en diseño y funcionalidad.

Próximos pasos
Cualquier diseñador, especificador o arquitecto que desee ampliar el uso del prepintado o el PVD debe plantearse cuatro preguntas esenciales:

1. ¿En qué entorno desea colocarlo, es decir, en el exterior o en el interior?
2. ¿Cuál es el papel? ¿Qué queremos fabricar? ¿Tiene muchas curvas o es un producto plano?
3. ¿Cuál es la estética que quiere conseguir?
4. ¿Cuál es la envergadura del proyecto?

Las respuestas a estas preguntas guiarán su siguiente paso a la hora de decidir si el PVD o la prepintado son adecuados para todas las partes o para partes individuales de cada proyecto. Las capacidades se han ampliado y la estética se ha difuminado, pero los puntos fuertes prevalecen y, para algunas aplicaciones o deseos estéticos, uno podría seguir siendo más adecuado que el otro. Tomar decisiones funcionales y de diseño será más fácil si se plantean estas preguntas y se contrata a alguien sin agenda que tenga experiencia con ambas. Otros puntos de paridad son el presupuesto, la ecología, la topografía (por ejemplo, antimicrobiana, antihuellas) y los colores.

En resumen, hay muchas opciones a tener en cuenta con productos que existen desde hace mucho tiempo, pero que están mostrando nuevas y excitantes posibilidades. La clave está en empezar sabiendo qué hay disponible y cómo pueden afectar las variables a su proyecto. Ahora puede hablar con expertos que conocen ambos productos y pueden ofrecerle su elección, sea cual sea. Es un momento apasionante para trabajar en el diseño de electrodomésticos.

Aaron Small, director corporativo de servicios de revestimiento de bobinas, Kloeckner Metals Corp. Más información en kloecknermetals.com y en Facebook, LinkedIn, Twitter y YouTube.

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