La tradición anual de Kloeckner de disfrazarse en Halloween

Una tradición de Halloween y el devastador huracán que la originó

Todos los años, los empleados de la oficina corporativa de Roswell (Georgia) se disfrazan para Halloween. Todos participan, y algunos departamentos incluso coordinan disfraces de grupo. La tradición se ha convertido en una especie de competición, en la que el departamento de compras es el grupo a batir en lo que se refiere a los mejores disfraces.

"Este año tenemos una muy chula, así que todo el mundo tendrá que esperar y agarrarse a sus asientos", dice Robin Portera, jefe de producto de lugar para compras corporativas. "Siempre hacemos la foto de grupo en el vestíbulo. En años anteriores íbamos de un lado a otro y nos hacíamos una foto con el Director General y el Director Financiero, y siempre la recibían con agrado. Cuando entramos en su despacho con todos nuestros disfraces, les encantó que todo el mundo rodeara el mostrador para hacerse una foto con ellos."

Sin embargo, Halloween en la oficina corporativa no siempre fue tan animado. Hubo un tiempo en que la oficina era muy tranquila y apagada. Pero todo cambió cuando el huracán Katrina azotó la zona, a unos cientos de kilómetros de distancia. El departamento de compras tenía entonces su sede en Nueva Orleans y, con la destrucción del huracán, se vieron obligados a trasladarse. Robin fue una de las empleadas de la sucursal de Nueva Orleans desplazadas por la tormenta.

"Recuerdo que era viernes, antes del huracán, y estábamos todos en la sucursal de Nueva Orleans recogiendo nuestros escritorios y poniendo lonas sobre nuestros ordenadores", explica Robin. "Nos estábamos preparando para la posibilidad de inundaciones".

Nunca volverían a la oficina. A la semana siguiente, Robin y el resto del departamento recibieron llamadas telefónicas pidiéndoles que se pusieran en camino y se dirigieran a Roswell, Georgia. Kloeckner Metals necesitaba a su departamento de compras, y alguien tenía que encargar el acero.

"Fue duro", dice Robin. "Te subes al coche, llegas a un estado nuevo, a una zona nueva, y no conoces a nadie. No tienes casa. No tienes nada a lo que volver".

Esto ocurrió en agosto. Kloeckner alojó a los empleados en el Homewood Suites, situado cerca de las oficinas de la empresa, donde permanecerían unos seis meses. Kloeckner les apoyó mucho, tanto económicamente como en términos de flexibilidad. Todo el mundo en la oficina colaboró para intentar ayudar. Aun así, fue un momento muy difícil.

"Obviamente, está la parte personal con las familias y el intento de adaptarse a un nuevo lugar para vivir", dice Robin. "Además, llegas a un nuevo entorno de oficina, que es un poco diferente al de trabajar en una sucursal. Es más tranquilo y hay más directivos a tu alrededor. Fue diferente".

Los empleados desplazados necesitaban una forma de hacer suya su nueva casa de Roswell, y con octubre a la vuelta de la esquina tendrían su oportunidad. El departamento de compras tenía la tradición de disfrazarse cada año para Halloween en Nueva Orleans, así que decidieron mantenerla viva.

"Creo que fue importante porque todos nosotros en aquel momento estábamos desplazados", dice Robin. "Habíamos perdido nuestras casas por la inundación. Era algo que nos recordaba a nuestro hogar".

Lo que antes era una tradición de Nueva Orleans se extendió por toda la oficina corporativa, adoptada por la dirección y los empleados que ya trabajaban allí. El ambiente de la oficina se hizo más divertido y relajado.

"Esto alivió la tensión en el ambiente", dice Robin. "Hizo que todo el mundo se sintiera como: 'Este es nuestro nuevo hogar y nuestra nueva oficina. Podemos seguir haciendo las cosas divertidas que hacíamos en la sucursal en Halloween'".

Ahora, la tradición anual de disfrazarse para Halloween se ha convertido en un pilar en la oficina corporativa de Roswell. Las caras han cambiado con los años, pero la tradición sigue creciendo y evolucionando. Sin embargo, para los que siguen en la oficina de Nueva Orleans, significa mucho más. Es el recuerdo de una época difícil que la familia Kloeckner les ayudó a superar. Eso y que es sencillamente divertido.

"Pasas más tiempo en el trabajo que en casa, así que creo que es muy importante tener esa sensación de que puedes seguir siendo serio y hacer tu trabajo pero al mismo tiempo divertirte", dice Robin. "Esa mañana es muy divertido cuando sales del ascensor y te mueres de ganas de ver lo que te deparan los distintos departamentos y personas".