A la hora de decidir si actualizar una cortadora de metal, hay que tener en cuenta muchos factores. Una cortadora de metal es una pieza de maquinaria que toma chapas metálicas y las corta en anchos más estrechos en función de las necesidades del cliente y la aplicación. Las instalaciones de Kloeckner Metals en Tulsa, Oklahoma, pueden procesar bobinas de metal ferroso y no ferroso de hasta 60.000 libras. Las anchuras suelen oscilar entre 10 y 72 pulgadas, pero pueden llegar hasta 0,500".
"Cargamos el material en una bobina giratoria que permite enhebrarlo en la máquina y cortarlo a lo ancho", explica Charles Sudwischer, director regional de operaciones de Kloeckner Metals Corporation.
El material pasa a través de un par de ejes giratorios y cuchillas de acero rectificadas con precisión para un corte de tolerancia ajustada. El ancho único entrante se corta en varias tiras de anchos más estrechos. Por ejemplo, una chapa de 48,500" de ancho puede dividirse en cuatro cortes de 12,00". Una vez cortada la chapa, se vuelve a enrollar en forma de bobina en el extremo de salida de la línea.
La consideración más obvia al comprar un nuevo equipo es la capacidad de calibre. Kloeckner Metals utiliza principalmente cortadoras de calibre ligero, procesando materiales ferrosos y no ferrosos desde 0,012" de espesor hasta 0,250". Los materiales de espesor superior a 0,250" se consideran de calibre grueso. Las demandas del cliente van a dictar qué requisitos de calibre son necesarios. Sin embargo, ampliar las capacidades de calibre en su proceso puede abrirle nuevos clientes.
"Con el equipo que teníamos antes, sólo podíamos procesar material de hasta 0,020" de grosor, y ahora podemos llegar hasta 0,012", dice Sudwischer. "Esa diferencia entre 0,020" y 0,012" nos ha abierto las puertas a algunos clientes que antes no podíamos procesar internamente. Poder procesar este material internamente nos dio un mejor control sobre la calidad."
Del mismo modo, los nuevos clientes pueden crear la necesidad de nuevos equipos. Una empresa que se dedica principalmente a aplicaciones de calibre ligero puede encontrar algunos clientes contratados que necesiten material de calibre grueso. Si la demanda es lo suficientemente grande, podría justificar la inversión en una nueva línea de procesamiento. Además, una vez que las máquinas actuales alcancen su capacidad, podrían ser necesarias nuevas máquinas para seguir ampliando su base de clientes.
"El retorno de la inversión es algo que sin duda hay que tener en cuenta si se está pensando en comprar una nueva cortadora", afirma Sudwischer. "¿Qué va a hacer en cuanto a mejorar la eficiencia y reducir mi coste de fabricación? ¿Va a abrir nuevos mercados que se traducirán en negocios adicionales?".
El otro factor principal que haría necesario un nuevo equipo sería que el actual estuviera anticuado. Llega un momento en que las necesidades de mantenimiento y conservación de los equipos antiguos superan el valor de la máquina. En otras palabras, seguir destinando capital a actualizar o mantener la fiabilidad de un activo deja de tener sentido.
Cualesquiera que sean los motivos de la actualización, la rentabilidad de la nueva maquinaria debe ser una consideración primordial a la hora de elegir una máquina nueva. El rendimiento es un factor importante, sobre todo cuando se compara una máquina nueva con otras más antiguas.
"Nuestras líneas más antiguas sólo corrían a unos cuatrocientos o quinientos pies por minuto, frente a los mil de ahora", dice Sudwischer. "Esa diferencia de velocidad permite un mayor rendimiento que puede reducir las horas de trabajo y/o aumentar la capacidad".
Los avances tecnológicos también han mejorado la ergonomía de las máquinas. Los equipos modernos son más fáciles de usar. Esto se traduce en empleados más satisfechos, lo que ayuda a retener a los empleados.
"Eso es un poco más difícil de medir en cuanto a ahorro de costes, pero no hay duda de que la rotación de empleados es un coste importante en las empresas", afirma Sudwischer.
Una mayor automatización puede contribuir en gran medida a reducir los costes y aumentar la eficacia. Los equipos auxiliares pueden complementar una línea de corte longitudinal y hacer que el proceso sea más eficaz. Las instalaciones de Kloeckner en Tulsa utilizan, por ejemplo, un nivelador y un enrollador de torreta. Cuando el material llega del laminador con un borde ondulado o algún otro defecto relacionado con la forma, la niveladora aplana el acero para cumplir las especificaciones de planitud del preciado cliente. El enrollador de torreta, por su parte, reduce el tiempo de inactividad al retirar el producto acabado de la línea. Una vez que la bobina está llena, la torreta gira 180 grados, abriéndose para permitir que el segundo enrollador acepte el fleje entrante. Todo este proceso dura menos de 4 minutos, lo que supone una mejora del 70% con respecto al tiempo requerido por las líneas de procesado que utilizábamos anteriormente.
"Sin embargo, estas eficiencias no forman parte del paquete estándar de un OEM y tienen un coste significativo. El enrollador de torreta y la aplanadora supusieron el 25% del coste total de la línea", afirma Sudwischer.
Las líneas de corte longitudinal más modernas también ofrecen una mejor protección de los equipos mediante el uso no sólo de protecciones físicas, sino también de enclavamientos y escáneres láser. Los avances en la tecnología de protección de la última década, que la mayoría de los fabricantes de equipos originales incluyen ahora como parte de su equipamiento de serie, han hecho que las líneas de corte sean mucho más seguras para los trabajadores.
Todos estos factores deben tenerse en cuenta cuando una empresa decide modernizar su línea de corte longitudinal. Fundamentalmente, se trata de determinar si la rentabilidad a largo plazo justifica el gasto de capital. Todas estas son formas de medir la rentabilidad. Si se tienen en cuenta todos estos elementos juntos, se tomará la decisión correcta para el equipo de corte longitudinal.
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